domingo, septiembre 16

Arroyos de sangre


Núcleo plagado de arterias, de arroyos de sangre que fluyen hacia un abismo de infinito, hacia una grieta de oscuridad.

Un depósito de vacío que vacía su nada y la gotea por el todo, por la inmensidad de la plenitud.

Dejemos que aparezca el vacío. ¡Qué mayor separación que el vacío!

La nada, el cero también están ahí, también aparecen en mí…y me llenan. Me empapan de miedo, de angustia, de cobardía. Me asomo al vacío y me asusta, me devora su fuerza.

La mancha de la nada ¿Cuánta energía, cuánta vida puede surgir del vacío?

Depósitos de corazón que se vuelcan en el espacio que lo palpita y lo abraza todo; donde cada milésima parte del vacío explota en millones de milésimas partes hasta diluirse en la sangre y desaparecer, desaparecer, desaparecer… y almacenarse en un rincón, en el baúl de hadas de la nada, de duendes de la confusión, de magos de corazas blancas.

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